Buenos Aires (Argentina), 2011
El apogeo de la Economía Social y Solidaria
Por Alejandro Laurnagaray de Urquiza
«Con su distintivo énfasis en los valores, las cooperativas han demostrado ser un modelo empresarial versátil y viable, que puede prosperar incluso en épocas difíciles. Su éxito ha contribuido a impedir que muchas familias y comunidades caigan en la pobreza».
Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas
Introducción:
El presente escrito busca describir brevemente la necesidad y beneficios del desarrollo de la Economía Social (ES) y Solidaria como modelo de crecimiento con inclusión, presentando brevemente los ejemplos de la República Argentina y España en relación con la temática, países donde este tipo de actividades representan una parte significativa de la Economía. Fundamentalmente a raíz de las crisis económicas que ambos han tenido que enfrentar, pero además como una forma de crecimiento de los sectores que más lo necesitan favoreciendo a la comunidad en general.
La ES consiste en un sistema mucho más antiguo de lo que muchos consideran, y ha venido a lo largo de los últimos siglos buscando la reivindicación de las clases trabajadoras y de los sectores más vapuleados por los mecanismos de liberalización económica y de sometimiento del obrero.
Detallaré algunas de las características y presentaré básicamente los alcances que ha logrado el modelo, sus orígenes, objetivos y los valores fundamentales que presenta la ES como motor integrador y solidario en distintas partes del mundo.
Origen y tendencia:
La Economía Social no es un fenómeno reciente. Si bien en los últimos 20 años ha experimentado un crecimiento exponencial debido a las reiteradas crisis económicas sucedidas en distintas partes del mundo y por la intensificación de las actividades debido a los avances tecnológicos en las comunicaciones que permitieron también organizar redes económico-solidarias, podemos encontrar el origen de la ES en la Revolución Industrial misma, como respuesta a las dificultades sociales que generaba el naciente capitalismo, que se expresaba en parte en la explotación y sometimiento de grandes grupos de trabajadores.[1]
En ese sentido, puede observarse que en cada etapa histórica donde la distribución de la renta se ha tornado fuertemente inequitativa, el progreso de la Economía Social, si bien ha estado presente de por sí, aparece con más fuerza, como un modo de contención y a la vez de inclusión social, de solidaridad y de sostenibilidad económico-social de aquellos grupos humanos desfavorecidos por el sistema económico predominante.
Así fue, por ejemplo, que surgió una de las primeras empresas destacada de la ES: la Rochdale Society of Equitable Pioneer, fundada en 1844 en Inglaterra, como una cooperativa de consumo, y que también repartía excedentes entre sus socios. El interés limitado por el capital, el control democrático, la neutralidad política y la libre adhesión fueron algunos de los principios que esgrimía la Rochdale Society, fundando esta organización las bases para la Economía Social y de las Cooperativas.
De este modo, desde mediados del siglo XIX fueron surgiendo diversas entidades de la ES en varias partes del mundo, con resultados disímiles. Tanto Méjico, Colombia, Alemania, Francia, Argentina y otros tantos países comenzaban a experimentar experiencias del cooperativismo y de la ES.
Con características diferentes y particulares en cada país, que no vienen al caso en el presente trabajo, durante el siglo XX otras tantas experiencias acompañaron a los sectores sociales más necesitados, tanto en China a través de las cooperativas en comunas, como en Estados Unidos luego en la década del ´60 en torno al movimiento hippie.
Al mismo tiempo, comenzaron a surgir con mayor firmeza diferentes asociaciones de cooperativas y otras tantas agrupaciones que nucleaban proyectos de la Economía Social integradas en redes. El reciente desarrollo tecnológico de las comunicaciones fue de gran ayuda y a la vez impulsor de este fenómeno.
Desde la década de los ´80 del siglo, cuando el Capitalismo se encaminaba hacia un triunfo sobre el modelo socialista, el avance del sistema liberal, más precisamente el neoliberal, se convirtió en la regla a aplicar en el mundo de la economía internacional, con la internacionalización y liberalización del comercio y del capital como algunos de sus ejes fundamentales.
Si bien el modelo generó mayores riquezas en el planeta, la distribución de la renta se tornó cada vez más inequitativa, generando la exclusión sostenida de millones de seres humanos. El desamparo, el desempleo en alza, la pobreza y las grandes necesidades insatisfechas que sufrían millones de personas tornaron finalmente a la Economía Social, ya no en un mecanismo temporal o de expresiones mas o menor organizadas, sino que este sistema económico basado en la solidaridad y en el desarrollo humano como principios básicos se convirtió en un motor del desarrollo de las sociedades, donde se buscaban nuevos caminos de crecimiento con inclusión social alrededor del mundo entero y como forma de combate contra la pobreza.
El crecimiento de la Economía Social se ha mantenido en franco crecimiento hasta pasada esta primera década del Siglo XXI, aportando en algunos países un porcentaje significativo del PBI nacional.
La ES agrupa en la actualidad, entre otros tipos de organizaciones, a empresas y fábricas recuperadas, mutuales, asociaciones de comerciantes, pequeños productores agropecuarios, artesanos, y otros tantos tipos de organizaciones que pueden buscar en su mayoría algún beneficio económico, pero siempre el aspecto fundamental continua siendo la inclusión de las personas y el desarrollo humano.
En ese sentido, uno de los principios fundamentales de la ES es que precisamente la persona está por delante del capital. Primero las personas, la inclusión, la solidaridad, la dignidad y el trabajo, luego el dinero y el afán de lucro. Así como también la sustentabilidad, tanto social como medioambiental, se ha convertido en otro de los principios fundamentales.
La Economía Social trabaja desde lo micro hacia lo macro, surgiendo de pequeñas comunidades e integrándose a la comunidad global, asociándose en diversas redes de cooperación internacional coordinadas. Trabajan articulando esfuerzos con entidades públicas y privadas buscando una mayor participación en la política y en el desarrollo de proyectos sustentables de las economías nacionales.
Así es que hoy, como resultado de un gran efecto exclusivo y de empobrecimiento de millones de personas como resultado de la liberalización de los mercados comerciales y financieros años atrás, además del crecimiento demográfico -otros tantos factores que por la extensión del presente escrito no van a ser analizados en este trabajo-, la ES experimenta un crecimiento exponencial en todo el mundo, con respaldo de gobiernos, organismos internacionales y no gubernamentales, y fundamentalmente de la Organización de las Naciones Unidas.
A lo largo de los últimos años han ido organizándose, alrededor del mundo, distintos encuentros, foros, estudios de investigación y todo tipo de actividades que potenciaron el desarrollo de la Economía Social y Solidaria. Y como recién mencionaba, la Organización de las Naciones Unidas se ha puesto al frente y con un firme grado de iniciativa para fomentar su crecimiento.
Definido por la ONU misma, el 2011 es el “Año Internacional de las Cooperativas”, en el sentido de que en el seno de la Organización se considera que la Economía Social y el desarrollo de los cooperativistas es un proceso clave para la recuperación económica y la sustentabilidad futura de la Sociedad.
La FAO (Organización de las ONU para la Agricultura y la Alimentación), el PNUD (Programa de las NU para el Desarrollo), el FIDA (Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola), la OIT (Organización Internacional del Trabajo), el BM (Banco Mundial) y otros organismos de las Naciones Unidas trabajan de manera continua respaldando y fomentando el desarrollo de las cooperativas alrededor del mundo.
Se estima existen hoy en el mundo unas 800 millones de personas que integran diferentes instituciones de la Economía Social en más de 100 países[2].
Breve reseña de la Economía Social en Argentina:
En la Argentina, la Economía Social se originó formalmente a través de distintas organizaciones de inmigrantes, que iniciaron actividades promediando el siglo XIX. Se estima que antes de 1880 surgían las primeras cooperativas de consumo dentro de la clase trabajadora.
A partir de allí, con aislada y diferente intensidad, desde finales de siglo y a lo largo de todo el siglo XX el desarrollo de la ES en la Argentina ha sido uno de los ejemplos más destacados de Latinoamérica. Así fue sucediendo que, a medida que el país entraba en períodos de crisis, medias o intensas, este modelo económico surgía como contenedor y aglutinador de los grupos más perjudicados.
En la última crisis económica argentina, cuando el desempleo llegó al 25% y fue quizá la más fuerte de la historia de la Argentina, la Economía Social se ha instalado, no sólo ya como contenedor temporal de los desfavorecidos, si no que se ha convertido en un dinamizador de la Economía en general a lo largo y ancho de casi todo el territorio nacional.
La ES generó en la última década más de 1 millón de empleos (de los 5 millones generados en total en el país). Es decir, el 20% de los nuevos trabajadores corresponden a la ES. El modelo está presente en una gran mayoría de pueblos, localidades y grandes ciudades de todo el país, realizando un aporte del 10% al PBI[3] nacional.
Se desarrollan en la Argentina distintas ferias, encuentros, eventos de todo tipo referidos a la temática de la ES y a temas relacionados de manera directa, como la inclusión, salud, educación, microcréditos, etc. A mismo tiempo, una gran cantidad de empresas cooperativas del país han concretado proyectos de exportación de sus productos, participando de ferias regionales e internacionales.
Diversas políticas públicas se han desarrollado en todos los niveles de gobierno, municipal, provincial y nacional. Articulando asimismo con empresas privadas de gran facturación, como también con organismos internacionales diversos.
El Plan Argentina Trabaja del Ministerio de Desarrollo Social de La Nación es un ejemplo destacado de políticas públicas, traducidas en el programa del Monotributo Social, los Microcréditos, los proyectos productivos “Manos a la Obra” y los de Marca Colectiva. Todos ellos forman parte del gran entramado de la Economía Social, en este caso fomentados desde el ámbito gubernamental.
Se ha comprobado en distintas provincias y localidades la sustentabilidad de este modelo económico inclusivo, la dinamización que ejerce sobre los tejidos sociales más allá de los temblores producidos en la Economía Mundial, por lo que la ES y Solidaria en la Argentina tiene y tendrá, como muchos esperan, un crecimiento y estabilidad en el tiempo para que millones de personas puedan desarrollarse humana y económicamente con la dignidad que todo ciudadano merece.
Breve reseña de la Economía Social en España:
Si bien han habido expresiones de la ES a lo largo del siglo XX y en épocas anteriores, en España fue en la Constitución de 1978 cuando se le dio por primera vez una importancia significativa a la Economía Social, donde se señala que los poderes públicos deberían promover el desarrollo de este modelo económico, con el reconocimiento jurídico de las entidades cooperativas.
A partir de allí, el crecimiento de este modelo económico alternativo ha sido muy importante en España. Hoy hay más de 200 mil entidades de la Economía Social que facturan unos 116 mil millones de euros, aportando un valor superior al 10% del PBI del Reino[4]. Como dato significativo a tener en cuenta, en Europa en su totalidad, la Economía Social representa un 8% de la fuerza laboral[5].
Podemos mencionar como ejemplos destacados en España la Unión de Cooperativas de Transporte de España, Confederación Española de Cooperativas de Trabajo Asociado, Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES), Federación Española de Empresas de Inserción, Asociación de Cooperativas Farmacéuticas, entre otras redes de organizaciones.
En 1988 se creaba la CONCAVI (La Confederación de Cooperativas de Viviendas de España), para representar y asesorar a los grupos de cooperativas en el desarrollo de sus actividades.
En este sentido, el desarrollo académico ha sido también significativo. España cuenta con El Instituto Universitario de la Economía Social y Cooperativa de la Universidad de Valencia, la red de Cátedras Cajamar, la Red Enuies, que agrupa a 17 centros universitarios españoles; el Ciriec (Centro Internacional de Investigación e Información sobre la Economía Pública, Social y Cooperativa), que es uno de los centros de estudios de la temática más importantes a nivel internacional, y otras tantas instituciones más que se dedican al estudio y respaldo del crecimiento de la ES.
En estos años de fuerte crisis internacional, donde España ha sido uno de los países más afectos por la misma, cuando el nivel de desocupación ha llegado al 24% (y al 46.4% entre los jóvenes de 18 y 24 años) muchos plantean –desde hace tiempo- que la Economía Social puede convertirse en un elemento dinamizador de los procesos económicos estancados en términos generales, y devolver la vitalidad y reforzar los lazos sociales debilitados por la presente crisis económica y financiera.
En ese sentido, diversos especialistas españoles, como Pedro Muñoz, del CEPES, han propuesto en España continuar fortaleciendo el sistema de economía social como salida a la crisis internacional.
Dentro del Gobierno español e incluida en el Ministerio de Trabajo, existe la Dirección de Trabajo Autónomo, Economía Social y RSE (Responsabilidad Social Empresaria), que deberá tener mayor dinamismo y reacción en un presente de fuerte crisis que vive España, donde la Economía Solidaria puede servir de impulso y ayuda para contener a los millones de ciudadanos que han perdido sus empleos, sus viviendas y prácticamente no pueden aspirar hoy a un futuro digno y de progreso. Se trata, al fin y al cabo, de decisión política articulada con acción ciudadana.
Conclusión:
Podemos considerar que la Economía Social es una respuesta natural y necesaria de los grupos humanos desfavorecidos frente a las consecuencias de las crisis económicas sufridas en distintas partes del mundo. Se trata este de un sistema económico esencialmente integrador, sustentable y dinamizador para las distintas sociedades donde es aplicado.
Los principios de solidaridad, de humanización de la actividad económica, del capital y de la prioridad de lo social por sobre lo económico, vuelven a la Economía Social particularmente atractiva para presentarse como una alternativa viable a los desfalcos económicos y sociales que viene experimentando la política económica neoliberal en el Sistema Internacional.
Más allá de los ejemplos de Argentina y España, la Economía Social ha experimentado un crecimiento sostenido en el mundo desde mediados del siglo XX y entrado el siglo actual, el desarrollo ha sido exponencial y se expande notablemente a través acciones locales y de redes regionales e internacionales.
¿Será la Economía Social, con sus características ecológicas, inclusivas, solidarias, humanitarias y sustentables una guía alternativa de crecimiento a la economía clásica de maximización de las ganancias sin medición de costos sociales? De hecho, en su medida ha estado latente en este sentido a lo largo de la historia y lo está siendo hoy en la actualidad, con mayor notoriedad.
La Economía Social está asumiendo un papel protagónico en el Sistema Internacional, fundamentalmente en los espacios donde los efectos de la globalización económica de los años ´90 no ha sido para nada benévola. El hecho de que en la Argentina y en España, la ES represente un 10% del PBI en cada país no es un dato menor, más aun teniendo en cuenta el efecto redistributivo que representa el sistema.
La esencia que representa la ES, trabajando sobre un equilibrio entre el aspecto social y el económico, es la clave de un análisis profundo que aun se debe realizar sobre los principios de la Economía Mundial. Los desequilibrios y sus consecuencias ya son harto conocidos. En cambio se ha comprobado que este modelo solidario, limpio de los vicios de la avaricia y ambición desmedida, trae equilibrio, dignidad e inclusión -de verdad- en la Sociedad.
¿Será el problema en profundidad más filosófico que económico? Deberíamos corrernos por un momento de los números para analizar las bases, los fundamentos de los modelos de desarrollo filosófico-económicos que encontramos en la actualidad posmoderna, con un vacío existencial que promueve aun mas el círculo vicioso de la ambición desmedida y del afán del dinero por el dinero mismo?
Vivimos un nueva era que necesita expresarse mediante nuevos principios y valores que guíen los destinos de la humanidad en el siglo XXI. Quizá sea más conveniente, antes que buscar las soluciones a los problemas actuales con las recetas conocidas del siglo pasado, realizar el diagnóstico más adecuado, aggiornado a la realidad actual y hacernos las preguntas necesarias frente a los inconvenientes que estamos enfrentando.
A partir de allí, podremos encontrar la raíz de los problemas, que, cómo expresaba anteriormente, considero radican más en lo filosófico de raíz que en lo económico, y aplicar así las medidas tendientes a hacer de este planeta un lugar más predecible y apto a la convivencia para los más de 7 mil millones de seres humanos que, todos ellos, merecen tener derechos que ejercer y obligaciones que cumplir.
Bibliografía:
· Monzón Campos, José Luís. Las grandes cifras de la Economía Social en España. CIRIEC, 2008.
· Cayapa. Revista Venezolana de Economía Social. Mayo 2001
· www.observatorioeconomiasocial.es
[1] Si bien podríamos adentrarnos más antiguamente en la historia y encontrar otros ejemplos de similar esencia desde varios años antes de Cristo, decidí tomar formalmente la Revolución Industrial como punto de partida, con el objetivo de no excederme en la extensión del presente trabajo.
[2] ICA.coop (International Co-operative Alliance)
[3] http://www.incluirong.org.ar/wp/
[4]Monzón Campos, José Luís. Las grandes cifras de la Economía Social en España. CIRIEC, 2008.
[5] ICA.coop (International Co-operative Alliance)